FÁBULA: La escuela del monte
En un pueblo había una escuela, en la que los alumnos eran muchos conejos y una liebre, que se llamaba Corro mucho. ¿Os imagináis por qué se llamaba así?
Los conejos discriminaban a la pobre liebre, no le hablaban, le ignoraban; porque no era exactamente igual a ellos. Sobre todo había un conejo llamado Pegomucho. ¿Os imagináis por qué se llamaba así?
Pegomucho se metía con Corromucho todos los días, le quitaba el almuerzo, le chantajeaba, le insultaba, le pegaba, le ponía motes…
Hasta que un día el colegio del Pirineo convocó unas olimpiadas de atletismo con la escuela de monte. Todos los conejos iban a participar, pero Pegomucho se empeñó en que la liebre no participara, porque decía que Corromucho no sabe hacer nada. Corromucho no paraba de decir yo puedo ganar, que corro mucho, que corro mucho. No le hicieron ni caso.
Llego el día de la carrera y Pegomucho se calló de la bicicleta un día antes de la carrera y se rompió la pierna.
Corromucho tuvo que participar forzosamente en la carrera. Gracias a Corromucho ganaron la carrera con mucha diferencia. Entonces todos sus compañeros lo aclamaron y se dieron cuenta de que Corromucho era uno más de ellos y que había una cosa que lo hacía muy bien, que era correr.
Moraleja: Todo el mundo tiene algo bueno que dar.
De: Lorena Vela Poblador 6B.
Fecha: 27/1/2013
CIÓN y borrar este mensaje)
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